lunes, 5 de enero de 2009

Los anticonceptivos extinguen a los ositos pandas

¿La deforestación, la sojización, el avance del hombre sobre los pulmones verdes, la emisión de gases tóxicos, el efecto invernadero?

No.

Nada de eso causa daños ambientales a la Tierra. El cambio climático, amiguitos ateítos, es responsabilidad de vosotras, las mujeres. Así es, amigas esencialmente pecadoras, desde que se comieron aquella manzana que no debían, hasta hoy, que tienen la caradurez de andar tomando una píldora anti-conceptiva, la Iglesia Católica se ha encargado de demostrar que la fuente de todos los males son ustedes, mujeres.

Y usted se preguntará, ¿qué culpa tienen las mujeres -en tanto que tales -del calentamiento global? Pues bien, evidentemente usted no lee la Prensa Obrera versión Vaticana: el L´ Osservatore Romano publicó un artículo donde asegura que "la píldora anticonceptiva femenina tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente." (Vea aquí, la reseña completa)

El mecanismo es así: las pecadoras se toman la píldora, eso provoca la liberación de hormonas a través de la orina, y de esa manera tan sencilla en unos poquitos años el mundo morirá fruto del deseo sexual irrefrenable de todos nosotros. Ajá.

Y, por si fuera poco, esa misma liberación de hormonas está provocando "la infertilidad del hombre en Occidente, que produce cada vez menos espermatozoides". No me pregunten científicamente cómo se explica esto, pero es así porque lo dicen los medicos del Vaticano que sobre ciencia la saben lunga, por eso quemaron tantos científicos para poder aprender más.

Linda manera de empezar el año los amigos del Vaticano. Por un 2009 lleno de pastillas del día anterior y del después, con mucho forro dando vuelta por los parques y las plazas, y con Ginés otra vez en casa.

10 comentarios:

Leila dijo...

Aplausos para el máximo pontífice, que Al Gore ni Greenpeace, él sí que se preocupa por el cuidado del ambiente.

Cecilia desde el Bosque dijo...

Estos del Vaticano tienen de todo menos verguenza,, la pedofilia y la corrupción de menores está bien, pero nada de pildoritas ni forros ¿eh?,,,, son la sublimación de la hipocresía,,,
Por supuesto, puse este Comando entre mis preferidos en mi blog
Saludos patagónicos

Anónimo dijo...

Apoyo a este blog totalmente !!! Al papa no le da verguenza nada: la corrupción de menores, la pedofilia, la discriminación (cualquiera que tenga más de 50 años y haya ido o conozca alguien, sabrá el trato de las monjas o curas en los colegios para los más pobres y los niños ricos). Que el AÑO NUEVO nos traiga más sentido común el la gente con respecto a las religiones.

Anónimo dijo...

No nos confundamos, che; esto viene de un grupo privado más papista que el papa. La noticia exactamente dice así:

"La 'Humanae vitae': una profecía científica

Documento de la Federación internacional de las asociaciones de médicos católicos

de Pedro José María Simón Castellví

Presidente de la Federación internacional de las Asociaciones de médicos católicos (FIAMC)

La Federación que tengo el honor de presidir acaba de publicar un documento oficial para conmemorar el cuadrágesimo aniversario de la encíclica Humanae vitae de Pablo VI, de recordada memoria. Se trata de un texto muy técnico, largo, de cien páginas, con trescientas citas bibliográficas, la mayor parte de revistas médicas especializadas.

El documento ha visto la luz después de muchos meses de investigación y de intenso trabajo de recogida de datos. Es justo acordarse del editor, el suizo Rudolf Ehmann, que ha dedicado a su redacción los mismos meses exactos de un embarazo. No había sido hecho nunca algo similar desde el punto de vista médico,dado el modo de trabajar y de escribir al cual estamos acostumbrados nosotros los médicos. Además el texto original alemán es bello y está bien escrito.

¿Cuáles son sus claves de lectura? ¿Dice algo nuevo a la Iglesia y a la sociedad? Se debe considerar como una prueba pericial cualificada para valorar aspectos importantes de la contracepción. Escrito con todos los requisitos científicos, sin ningún complejo de inferioridad respecto a cualquier debate de obstetricia y ginecología, llega a dos conclusiones que no deberían pasar inobservadas ni a la Iglesia ni a los de fuera de ella.

En primer lugar, demuestra irrefutablemente que la píldora denominada anovulatoria más utilizada en el mundo industrializado, aquella con bajas dosis de hormonas estrógenas y progesténicos, funciona en muchos casos como un verdadera efecto anti-implantatorio, o sea abortivo, puesto que expulsa un pequeño embrión humano. El embrión, incluso en sus primeros días, es algo distinto de un óvulo o célula germinal femenina. El embrión tiene un crecimiento continuo, coordinado, gradual, de tal fuerza que, si no hay algo que se lo impida, termina con la salida del seno materno en nueve meses dispuesto a devorar litros de leche.

Este efecto anti-implantatorio está admitido por la literatura científica. Se habla incluso sin pudor de tasa de pérdida embrional. Curiosamente sin embargo esta información no llega al gran público.

Los investigadores están al corriente de ello y está presente en los prospectos de los productos farmacéuticos buscados para evitar un embarazo.

Otro aspecto interesante tiene que ver con los efectos ecológicos devastadores de las toneladas de hormonas arrojadas cada año al medio ambiente. Tenemos datos suficientes para afirmar que uno de los motivos para nada despreciables de la infertilidad masculina en Occidente (con siempre menos espermatozoides en el hombre) es el envenamiento ambiental provocado por productos de la “píldora”.

Estamos aquí ante un efecto anti-ecológico claro que exige ulteriores explicaciones de parte de los fabricantes.

Son conocidos para todos los otros efectos secundarios de las combinaciones entre estrógenos y progesténicos. La misma Agencia internacional de investigación del cáncer (Interntional Agency for Research on Cancer), con sede en Lyón, agencia de la Organización mundial de la salud (OMS), en su comunicado de prensa del 29 de julio de 2005, había constatado ya que los preparados orales de combinados estrógeno-progesténicos eran cancerígenos y los había clasificado en el grupo uno de los agentes cancerígenos…

Lo triste en todo esto es que, si se trata de regular la fertilidad, no son estos productos necesarios. Los medios naturales de regulación de la fertilidad (”Nfp” o Natural Family Planning) son lo mismo de eficaces y además respetan la naturaleza de la persona.

En este sexagésimo aniversario de la Declaración de los derechos humanos se puede decir que los medios anticonceptivos violan al menos cinco importantes derechos: el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la educacion, el derecho a la información (su difusión sucede a costa de la información sobre medios naturales) y el derecho a la igualdad entre sexos (el peso de la anticoncepción recae casi siempr sobre la mujer).

La FIAMC se ha comprometido con la ciencia y la verdad desde sus orígenes. Por eso estudiamos y mencionamos tanto el efecto principal y los secundarios de estos fármacos. La clave de nuestra antropología no consiste sin embargo sólo en el hecho de que examinamos los productos abortivos que tienen consistentes efectos secundarios o que son incluso inútiles. Nosotros vamos más allá.
La sexualidad es un don maravilloso de Dios a los cónyuges.

Los une tanto que cualquier elemento externo que se interponga entre ellos es un tercero sin derechos. Los cónyuges se dan totalmente el uno al otro, también la propia capacidad generativa. Si una nueva vida no es posible por graves motivos, también forma parte de la intimidad conyugal utilizar los periodos no fecundos de la mujer para tener relaciones que deben ser siempre satisfactorias para ambos y unirlos siempre más.

A cuantos ven algunos documentos de la Iglesia como compendios de prohibiciones, les pedimos vivamente que lean los códigos civiles, penales o mercantiles de los países occidentales. ¡Allí sí que hay prohibiciones! No discuto su oportunidad, pero creo que estos mismos códigos se basan más sobre las premisas fundamentales de la libertad personal y del comercio que apuntan a la felicidad de las personas y a la eficiencia de las sociedades y que, en definitiva, justifican algunas prohibiciones.

La Iglesia tiene en gran estima la sexualidad y creo que, si se adquieren una formación y hábitos correctos, la vida es más fácil y se juzgan positivamente algunos límites que efectivamente existen.

Nosotros los médicos católicos somos plenamente conscientes de deber invertir mucho más en la maternidad. Más también en recursos humanos, en la educación y en recursos financieros. La doctrina de la Humanae vitae es poco seguida, y entre otras cosas, porque en su tiempo demasiados médicos no la aceptaron.

La pregunta opuesta puede ayudarnos a ver cuán profético fue Pablo VI. Si hubiera aceptado la “píldora”, ¿hoy habríamos podido prescribir con conciencia algunos productos que sabemos que son anti-implantatorios? El prestigio del médico le consiente ofrecer con autoridad a los cónyuges alternativas a la contracepción. La relación entre médico y paciente es tan fuerte que difícilmente se rompe, incluso si hay en medio un teólogo disidente. Para tal fin es sin embargo necesario formar e informar más y mejor a los médicos sobre la fertilidad.

Creo que nosotros los médicos católicos continuaremos desarrollando nuestra profesión. No obstante, vista la situación actual -con progresos muy lentos, muchas reticencias y millones de personas implicadas- oso llamar respetuosamente a la Iglesia a crear una comisión especial para la Humanae vitae."

Horacio dijo...

sí, sobre todo eso último

que vuelva el gordo, eehh, digo el tordo, que esta mina no hace un carajo

Horacio dijo...

bah, no sé, capaz que algo hace, pero ni punto de comparación con el maestro

Yuyo dijo...

Partamos de que la religión católica y todas las demás están basadas en la astrología... la misma a la que taaanto critican, después todo lo demás.

Anónimo dijo...

"esa misma liberación de hormonas está provocando "la infertilidad del hombre en Occidente, que produce cada vez menos espermatozoides""

La explicación científica no la sé, pero eso de que "a liberación, mala leche" es una vieja costumbre de unos cuantos.

Anónimo dijo...

Gordo Ladrón!!!! Deja de robar!!!

Ajenjo dijo...

Estaba por comentar algo acá, pero se me enfría el churrasquito de oso panda.